Y me ha cambiado tanto la vida que aún me sigue sorprendiendo, y confío en que no ha terminado de cambiar. Esto sigue. Cuando empecé y me atrapó, y me subió el ansia por querer hacerlo muy bien YA, respiré hondo y pensé que dos años era un plazo razonable para aprender algo. Sin ser una experta, (para eso hace falta muuucho más) dos años me parecieron un buen segmento temporal como para que cundiera y ver si podía hacer esto bien o no.
Pienso que hay limitaciones objetivas, distintas para cada persona, y que hay mil maneras de pasar de ellas y/o disimularlas. Yo no me voy a dedicar a competir, así que mi objetivo es llegar a ser lo mejor que pueda ser, pero mi prioridad es hacer muy muy bien lo que sepa hacer, y no hacerme polvo por intentar hacer lo que por constitución, forma de espalda, límites de flexibilidad, etc, no pueda hacer. Amo este deporte y me gustaría llegar a jubilarme girando y volando en una barra.
Y si eso implica cuidarme mucho (algo que va directamente en contra de lo que siempre ha sido una personalidad con tendencia autodestructiva... hasta ese nivel me ha cambiado el pole) pues lo hago, y si implica dejar de fumar pues dejo de fumar. Es el reto de hoy. Llevo todo febrero mentalizada. Esta noche me termino el paquete y se acabó. Necesito mis pulmones para muchas cosas, pero una razón poderosa es que quiero aguantar 5,6,7 minutos de coreografía. Los que a mí me de la gana. Y para eso hay que tener buenos pulmones, limpios y sanos. Así que ahí voy. Entre otras razones, pero la barra da su empujoncito.
Hace dos años, no podía imaginar que yo sería la profe, la que enseña a otras a volar. Eso me hace muy feliz. Me esmero, y me reconozco en todas ellas y conozco las sensaciones increíbles por las que están pasando. Los primeros meses son duros, pero tan bonitos que me da nostalgia no poder volverlos a vivir. Pero sigo viviendo tantas cosas, tantas, que no me da tiempo a pensar en ello.
Esta es una de mis primeras mariposas y la primera foto que tengo de una figura en la barra. Era mi quinta clase y me pareció un logro increíble. Le tengo mucho cariño a esta foto por eso, porque un mes antes me parecía imposible.

Menos de dos años después, la misma figura se ve así:
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Foto: Miguel Longueira |
Así que de alguna manera sé que estoy en el camino, que ya he llegado a sitios donde quería llegar. Pero quiero ir más lejos.
Tengo que tomarme un tiempo de reflexión para ver qué hago con este y otros blogs, que las cosas se hacen bien o no se hacen y yo lo tengo muy descuidado... pero tenía que decir esto por mis dos años en la barra: Ojalá que sean muchos más.
¡Volar!