jueves, 12 de junio de 2014

(re) vuelvo

Hola, ¿os acordáis de mí?
Yo soy una que solía escribir por aquí... digo esto con la cabeza agachada, los colores subidos y en voz baja... me da un poco de vergüenza haber dejado tan aparcados mis blogs, no tengo excusas y hace prácticamente un mes que se me curó la lesión (olé por mi costillar!).

Tengo bastante ajetreo cuerpo-mente, y voy a ir por partes concretas y eficaces.
Porque igual esta pausa era la paz que precede a los tsunamis. Oh nenas. Tengo tanto que contar que tendré que hacer un esquema.

Mi profesora de pole ha montado una escuela propia que en realidad no es una escuela, es UN PALACIO DEL POLE BENDITA SEA. Ahí hemos currado como jabatas muchas horas los últimos meses para transformar un local hecho escombros en una escuela de pole, telas aéreas y danza de lo mejorcito de Madrid. Es un hecho objetivo: la sala de barras es la más flipante que haya visto nunca. Nueve barras de más de cuatro metros, Xpole y Fitpole en la misma sala, un montón de espacio entre barras y espejos enormes y colchonetas y de todo. De todo. Es muy muy bonita, y no es que lo diga yo. Si me pongo a subir fotos no acabo... y esto me lleva a otra cosa:

Para ver fotos de esto tan flipante que os estoy contando, de momento y hasta que haya una web y un blog, hay cositas en la página de facebook (os recomiendo mucho el álbum 'Making of'). Estoy haciendo las publicaciones que tienen que ver con pole (la sección de danza oriental la lleva Alex, amiga, literata y bailarina de tribal alucinante) y estoy muy feliz. Son dos pasiones unidas y me siento afortunada.

Ah, a lo mejor notáis que no hay nadie en las fotos etiquetado con el nombre de Valeria Chaos ¡es lo que tiene! Valeria es mi nombre literario desde hace muchos años, porque a todo esto yo tengo un blog literario (o que intenta serlo) desde hace mucho, y era más fácil y lógico hacer este vinculado al otro, que hacerlo con mi 'otro' nombre, (reales son los dos...) que tampoco es que sea un secreto, pero yo siempre he sido muy de firmar lo que escribo con otro nombre, yo qué sé, como tanta gente. Así que, bueno, que a todo esto también me llamo Helena. Encantada :)

Me quedaría corta. ¿Veis? Demasiadas cosas que llevan de una a otra. Así está mi vida: acelerada. Pero intento centrarme. Enfocarme. 

Mirad. Todo empezó con una decisión muy pequeña: ir a una clase de pole. Ahora es una bola cada vez más grande de cosas buenas y cosas buenas y más buenas y mejores aún. Hasta los días malos. Sí. Hasta los días malos. No tienen nada que ver con lo que eran.

El circo. El circo me tiene revolucionada. Esto era algo latente que definitivamente se activó en el Eucima.
El mástil chino ha sido el hallazgo más brutal de los últimos tiempos. Mejor que las telas aéreas. Lo mejor desde el descubrimiento del pole.

Esa es otra: he estado intercambiando clases de pole por clases de mástil con Álvaro, monociclista malabarista mastilista y ya un poco polista. Nos conocimos en el taller de pole que hicieron mis profes, Marina y Fran, en el Eucima y en el que yo andaba echando una mano. Pues desde ahí. Joder, si hasta lié a...todo el mundo (a Marina, a su papá y al propio Álvaro) para poner anclajes de mástil en el local y así poder practicar y hacer un intensivo, que lo hicimos. Aquí está la prueba:


Así es como algunos pasan una tarde de domingo.


Arriba Cris, en una figura que se llama bruja, Álvaro abajo en una escuadra y yo en medio como el jueves, haciendo la superwoman. Esta foto es del 18 de mayo. Ha llovido poco, pero ya ha llovido!

Bueno, el mástil que veis en la foto es de Alvaro, era un préstamo y ya se lo llevó, ahora en su lugar hay una barra...que estaría genial forradita de neopreno, jijijiji

Nada, de momento la barra se queda como está, Álvaro se va a vivir a otro lado y mi recurso para seguir aprendiendo mástil es apuntarme a clases en septiembre. ¡Y lo haré! Porque ya hice la avanzadilla... el lunes pasado fui a una clase de mástil en la escuela de circo Carampa y me encantó. Está decidido. Estoy decidida.

¿Y sabéis qué? Pues que a seguir, y a seguir, carajo. Con todo, a por todas. Lo quiero ahora todo, todo ahora.

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